comunismo - significado y definición. Qué es comunismo
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Qué (quién) es comunismo - definición


comunismo         
sust. masc.
1) Organización político social donde la propiedad es colectiva.
2) Doctrina expuesta en el Manifiesto Comunista de Marx y Engels, e interpretada por Lenin y sus continuadores.
3) Movimiento político inspirado en esa doctrina, instaurador de una provisional dictadura del proletariado, que propicia la desaparición de las clases y la extinción del Estado.
Nota ampliatoria:
Sistema político y social totalitario en el que todo el poder reside en los altos cargos del partido comunista, los cuales controlan las tierras y sus recursos, los medios de producción, transporte, etc., y dirigen las actividades del pueblo. El comunismo difiere del colectivismo, que solamente persigue la comunidad de todos los medios de producción del socialismo agrario, que sólo trata de suprimir la propiedad privada de las tierras y del socialismo del Estado, que únicamente reclama la propiedad colectiva cuando el interés general lo exige. El comunismo propugna la transformación de la sociedad por la supresión de clases y establecimiento de la dictadura del proletariado. El comunismo moderno, forma extrema del socialismo, nace con Carlos Marx y con Federico Engels (Manifiesto del partido comunista de 1848). Hoy, todos los partidor; comunistas basan su doctrina en la de Carlos Marx y persiguen el derrocamiento del capitalismo y la implantación de una dictadura del proletariado, que impida el desarrollo de otras clases sociales y que administre todo el capital productivo a través del Estado centralizado. De utopía social de unos cuantos sociólogos teóricos, el comunismo se erigió en sistema de gobierno de una nación con la revolución rusa de 1917. A partir de que Mijail Gorbachov asumió, en 1985, la secretaría general del PCUS, inició algunas remodelaciones en el seno del Partido y en todos los ámbitos que, canalizadas a través de la perestroika y la glasnost ("transparencia informativa"), permitieron a los países del Este, con fuertes regímenes comunistas hasta entonces, una serie de reformas que concluyeron con la transformación de los postulados ortodoxos de sus partidos comunistas en planteamientos socialdemócratas. Esta transformación, siempre sostenida por una fuerte presión popular e importantes movilizaciones sociales que en muchos casos no eran concordantes con la estrategia propuesta por los diferentes partidos, provocó que la evolución desarrollada en cada uno de estos países presentara aspectos diferenciadores. De forma pacífica tuvo lugar en la RDA, hasta desembocar con la unificación de las dos Alemanias y la consiguiente desaparición de la RDA, en 1990; en Polonia, donde tras las elecciones de 1990, el líder de Solidaridad, L. Walesa accedió a la presidencia del país; y en Hungría Checoslovaquia, ambas con nuevos presidentes Jozsef Antall y Vaclav Havel, respectivamente, también desde 1990. De forma violenta se llevó a cabo en Rumania, donde el presidente Ceausescu fue fusilado en diciembre de 1989. En otros países como Yugoslavia y Bulgaria, el progresivo desarrollo del proceso democratizador se ha visto obstaculizado por significativas implicaciones nacionalistas, mientras que Albania ha aceptado sólo muy lentamente, en principio, los planteamientos reformistas. En la URSS la tensión provocada en el seno del PCUS por la política de reformas de Gorbachov se reflejó en la formación de una corriente conservadora contraria a ellas y defensora de la línea ortodoxa del comunismo. Tras el fracaso del golpe de Estado en la URSS, el 18 de agosto de 1991, la actitud de la población que se enfrentó a los golpistas se dirigió contra el PCUS al que consideraban instigador del golpe. Muchas sedes del PCUS fueron clausuradas, así como disueltas las células del Partido que operaban en fábricas y cooperativas cerrado el periódico comunista Pravda, etcétera. El 24 de agosto, Gorbachov, repuesto en el poder, abandonó la Secretaría General, disolvió el comité central, prohibió su actividad en el seno del Ejército y del KGB y confiscó sus propiedades, lo que supuso en la práctica la disolución del PCUS y el cuestionamiento del sistema comunista. Todos estos cambios afectaron a los diferentes partidos comunistas nacionales especialmente en el mundo occidental, que sufrieron debates en torno a su razón de ser y su continuidad, así como a los estados con gobiernos comunistas. La evolución de China, el otro gigante comunista, tras la muerte de Mao (1970) es muy compleja. Por una parte, los dirigentes chinos han manifestado su propósito de acelerar el desarrollo económico recurriendo a la ayuda económica y tecnológica del mundo capitalista en perjuicio de sus relaciones con Moscú. Pero, por otra parte, siguen manteniendo su adhesión a los principios del marxismo-leninismo y la férrea disciplina dentro del Partido, frustrando cualquier intento de reforma política, como se plasmó en la represión tras las manifestaciones estudiantiles de la plaza de Tiananmen en la primavera de 1989.
comunismo         
Sinónimos
sustantivo
comunismo         
comunismo (de "común") m. Posesión o administración de bienes en común. Específicamente, doctrina y organización social y *política basadas en la posesión y administración de todas las fuentes de riqueza por el Estado. Bolchevismo. Soviet.

Wikipedia

Comunismo

El comunismo (del latín communis, «común, compartido»)[1]​ es un sistema político y un modo de organización socioeconómica, caracterizado por la propiedad en común de los medios de producción, así como por la inexistencia de clases sociales, del mercado y del Estado.[2][3][4][5][6][7]

El comunismo incluye una variedad de escuelas de pensamiento. La visión filosófica de una sociedad comunitaria tiene antecedentes hasta la República de Platón y en los primeros cristianos (comunismo primitivo).[1]​ El comunismo, como proyecto de socialización de los medios de producción, surgió en el siglo XVI, bajo la forma de diversas teorías económicas basadas en el colectivismo agrario. Las más conocidas fueron la obra Utopía, de Tomás Moro, Ciudad del Sol de Tomás Campanella[1]​ y la ideología revolucionaria babuvina, que derivó del movimiento jacobino de la Revolución francesa.[8]​ El ideario comunista se convirtió, a comienzos del siglo XIX, en un complejo proyecto económico, gracias a las diferentes corrientes del llamado socialismo utópico, del anarquismo y de las ramas obreras del socialismo y comunismo cristiano.

El más conocido de estos movimientos fue el socialismo científico de los pensadores alemanes Karl Marx y Friedrich Engels, bajo la cual la organización Liga de los justos sería rebautizada como Liga de los Comunistas. Ambos autores escribieron en 1848 el Manifiesto del Partido Comunista. Por la influencia de su obra, el movimiento comunista adoptó una interpretación revolucionaria de la historia y la forma de partido político, convirtiéndose luego en una organización internacional unificada bajo las tesis marxistas.

Según el marxismo, la historia es entendida como una lucha de clases permanente, cuyo inicio se debe a la aparición de las diversas formas de propiedad, las cuales estratifican a la sociedad de acuerdo a sus relaciones de producción, explotadores o explotados (dialéctica amo-esclavo). Estas relaciones generan, con el tiempo, las condiciones para ser reemplazadas por otras formas de explotación y una nueva clase dominante, en una secuencia revolucionaria de nuevos modos de producción. En el capitalismo, las dos principales clases son el proletariado (clase trabajadora), que constituye la mayoría de la población y vende su fuerza de trabajo a cambio de un salario; y la burguesía (clase capitalista), que constituye una pequeña minoría que obtiene ganancias a través del empleo de mano de obra asalariada (plusvalía) mediante la propiedad privada de los medios de producción. Sin embargo, el modo de producción capitalista genera una serie creciente de crisis cíclicas que solo pueden ser resueltas con una revolución proletaria, la que requiere a su vez, de la construcción del socialismo y finalmente del comunismo.[9]​ Para llegar a este fin, debe organizarse un partido comunista que conquiste el poder político y pondría a la clase trabajadora en el poder, a su vez que establecería la propiedad social de los medios de producción, que es el elemento principal en la transformación de la sociedad hacia el comunismo.

A lo largo del siglo XIX, los términos «comunismo» y «socialismo» se usaron como sinónimos.[10]​ No fue sino hasta la Revolución Bolchevique que el vocablo socialismo llegó a referirse a la «primera fase» del modo de producción comunista.[11]​ Tanto Karl Marx[12]​ como Vladímir Lenin[13]​ prevén los siguientes períodos o fases:

  1. Un "período de transición", donde se iniciaría la llamada dictadura del proletariado, a la cual siguen inmediatamente las restantes dos fases ya como parte del desarrollo del comunismo como modo de producción;[14]
  2. una "primera fase del comunismo" (que Lenin llamaría "sociedad socialista"), en donde se recibiría bienes de acuerdo a la contribución laboral (con vales de trabajo o similares) todavía basada en una forma de derecho;
  3. y una "fase superior" en la que cada individuo contribuirá según sus capacidades y recibirá acorde a sus necesidades atendiendo comunitariamente a las diferentes posibilidades e intereses personales, yendo más allá de la noción contractual e impersonal del derecho entendido como «residuo pequeñoburgués»[15]​ de la cooperación social.

El período de transición terminaría cuando desaparecen las clases sociales, lo cual lleva a que el Estado, entendido como una herramienta de dominación de la clase dirigente sobre la otra, deba extinguirse como forma de reglamentar internamente la sociedad.[10][12][16]​ Existen discrepancias cruciales entre las diferentes corrientes del marxismo, en especial por parte de intérpretes bolcheviques y no-bolcheviques de las tesis de Marx,[17]​ así como también posiciones críticas encontradas desde fuera del marxismo sobre la continuidad o no entre Marx y Lenin,[18]​ respecto a cuál debería ser la forma de producción, el rol del Estado y, en general, la naturaleza de cada una de las fases de desarrollo del comunismo (ver Anarquismo y marxismo). Otras formas de comunismo no marxista son el anarcocomunismo (Piotr Kropotkin), bakunismo (Mijaíl Bakunin), comunismo de consejos, eurocomunismo, etc.

Junto con la socialdemocracia, el comunismo se convirtió en la tendencia política dominante dentro del movimiento obrero internacional en la década de 1920.[19]​ Si bien el surgimiento de la Unión Soviética como el primer «Estado socialista» del mundo llevó a la asociación generalizada del comunismo con el modelo económico soviético y el marxismo-leninismo,[20][21]​ algunos economistas e intelectuales argumentaron que en la práctica el modelo funcionó como una forma de capitalismo de Estado,[22][23][24]​ o una economía administrativa o dirigida no planificada.[25][26]​ Los «Estados comunistas» actuales son cinco: la República Popular China (maoísmo y dengismo),[27]​ Corea del Norte (juche),[28]​ Laos (pathet Lao),[29]​ Cuba (castrismo)[30]​ y Vietnam (doi moi).[31]​ Sin embargo, ninguno de estos países cumplen con la definición de comunismo y su compromiso con la abolición del capitalismo es discutible.[1]

La crítica del comunismo se puede dividir en dos grandes categorías: la que se ocupa de los principios y la teoría comunistas, y la que se ocupa de los aspectos prácticos de los Estados comunistas del siglo XX.[32][33][34]

Ejemplos de uso de comunismo
1. "Giuliani va a destruir el comunismo en el mundo.
2. Cristo, Profeta y Mensajero de Dios, defensor del Comunismo Libertario.
3. Por primera vez, el comunismo no tendrá voz en el Parlamento italiano.
4. Todo apunta hacia una forma de comunismo capitalista. 1 2 3 4 5 última Siguiente » Página
5. Anna Laudy es estudiante, tiene 22 años y apenas recuerda el comunismo.