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El quietismo o molinosismo fue un nombre peyorativo (especialmente en la teología católica) que se le dio a un movimiento místico surgido en el siglo XVII en el seno de la Iglesia católica, especialmente en España, Francia e Italia. Fue propuesto por el sacerdote y místico español Miguel de Molinos en su Guía espiritual que desembaraza el alma y la conduce por el interior camino para alcanzar la perfecta contemplación y el rico tesoro de la paz interior, publicada en 1675. Las ideas de de Molinos (y las subsiguientes del poeta ciego François Malaval y Madame Guyon) fueron condenadas como heréticas por el Papa Inocencio XI en la bula papal Coelestis Pastor de 1687.
Enseñaba la pasividad en la vida espiritual y mística, ensalzando las virtudes de la vida contemplativa. Sostenía que el estado de perfección únicamente podía alcanzarse a través de la abolición de la voluntad: es más probable que Dios hable al alma individual cuando ésta se encuentra en un estado de absoluta quietud, sin razonar ni ejercitar cualquiera de sus facultades, siendo su única función aceptar de un modo pasivo lo que Dios esté dispuesto a conceder. Entre los protestantes, una doctrina similar se encuentra entre los cuáqueros.
Tras un debate teológico, en 1685, y a pesar de su abjuración, Molinos es apresado por la Inquisición, condenado a reclusión perpetua y prohibida su obra por Inocencio XI. Al año siguiente, la mujer de letras Madame Guyon llevó el debate a Francia al difundir una teoría del «amor puro de Dios» que se acercaba bastante al ya condenado quietismo. El teólogo y arzobispo de Cambrai, François Fénelon, se dejó seducir por estas ideas y mantuvo un largo enfrentamiento ideológico al respecto con Jacques-Bénigne Bossuet.
Se consideraba que la herejía «quietista» consistía en elevar erróneamente la «contemplación» por encima de la «meditación», la quietud intelectual por encima de la oración vocal y la pasividad interior por encima de la acción piadosa bajo el pretexto de la oración mística, el crecimiento espiritual y la unión con Dios (en las que, según la acusación, existía la posibilidad de alcanzar un estado sin pecado y la unión con la divinidad cristiana).
La consecuencia del largo debate entre Bossuet y Fénelon, y la derrota de este último, fue una crisis religiosa y el descrédito de la mística cristiana durante el siglo siguiente. Finalmente, el Papa Inocencio XII condenó a Fénelon y a Madame Guyon en 1699 y esta doctrina fue desterrada de la Iglesia.
No debe confundirse con el molinismo, enseñanzas de otro teólogo español, Luis de Molina.