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El sistema de castas colonial es un concepto historiográfico moderno, según el cual el Imperio Español, durante la administración de sus posesiones de América, habría clasificado a las personas por razas y cruces étnicos para organizar un sistema social estratificado.
De acuerdo con este sistema, la sociedad americana bajo la dominación española se organizó como una pirámide jerárquica que ubicaba en la cúspide a los españoles (clasificados a su vez en «peninsulares» y «criollos»), y bajo ellos, a la mayoría de la población integrada por indios o naturales (pueblos originarios), negros (traídos como esclavos de África) y castas (descendientes de relaciones sexuales entre las tres grandes ramas étnicas anteriores). Robert Cope lo relaciona con el régimen español de «limpieza de sangre» y lo define como «un orden jerárquico de grupos raciales clasificados según la proporción de sangre español».[1] Algunos autores consideran que existe una continuidad entre el sistema de castas colonial y los procesos actuales de discriminación racial en los países hispanoamericanos.[2][3]
La idea de que el Imperio Español estableció en sus provincias americanas un sistema de castas fue formulada por primera vez en la década de 1940 por los historiadores argentino Ángel Rosenblat y mexicano Gonzalo Aguirre Beltrán, en sus obras La población indígena de América, desde 1492 hasta la actualidad (1945) y La población negra de México 1519-1810 (1946), respectivamente.[4]
Existe controversia, sin embargo, sobre la rigidez, operatividad y realidad histórica de este fenómeno. Mientras que autores como Magnus Mörner y Edward Telles han asumido su veracidad, otras figuras como Pilar Gonzalbo, Berta Ares y Joanne Rappaport lo consideran esencialmente una tergiversación historiográfica moderna.[5][6] Un estudio de los archivos históricos de México realizado en 2018 ha apoyado estas últimas conclusiones.[7]