1. Bosch, sin aspavientos, le aplica con paciencia budista todas las llaves precisas para su inmovilización sobre el duro suelo de la realidad, mientras el president entreabre los ojos, se le forma un hoyuelo simpático en las mejillas cuando esboza una sonrisa, mira el horizonte, sin apenas quitarse el sueño, todo a media voz, casi en un susurro.

2. "Estoy contento, estoy contento", reconoció Contador, finalmente, incapaz de contener la sonrisa; "me gusta, me ilusiona el recorrido, aunque, claro, si se tratara de exigir, no me habría importado que hubieran puesto además un prólogo, una cronoescalada y que la última contrarreloj fuera la corta, no la primera". Pero lo dijo con la boca pequeña, con la misma sonrisa pícara con la que su director, Johan Bruyneel, el hoyuelo de la barbilla en todo su esplendor, apreciaba, antes del desvelamiento oficial, un Tour 2008 evidentemente diseñado para escaladores, un Tour a la medida de Contador.