En la
mitología griega Aqueloo (del
griego Αχελώος, «el que ahuyenta el pesar») era el
dios del río del mismo nombre, entre
Etolia y Acarnania, y el más antiguo y poderoso de
Grecia. Era un
oceánida, el primogénito de
Océano y
Tetis, o según otras versiones, de Océano y
Gaia o de ésta y
Helios. En algunas monedas de Acarnania se le representaba como un toro con cabeza de hombre. También aparece como un anciano con dos cuernos, pelo gris y barba hirsuta de la que constantemente mana agua.