Julio César invadió
Britania en 55 adC. Desembarcó en
Deal y abandonó la isla poco después ante la resistencia encontrada. En 54 adC regresó con cinco legiones (27.000 hombres) y se enfrentó con Caswellawn, rey de los casivelaunos, quien acuñaba monedas de oro y tenía su base al norte del estuario del
Támesis. Tras dura lucha, César consiguió dominar a los britanos o britones. Éstos conservaron su libertad política y pagaron tributo a Roma durante casi un siglo. Para el comercio con la
Galia romana, se establecieron centros en Silchester, Saint Albans y Colchester, en la zona suroriental de
Inglaterra. Esta zona se desarrolló a gran velocidad.