En la
mitología griega,
Ceto (en
griego Κητώ
Kētō, «pez grande» y en particular «
ballena», de ahí «
cetáceo») era un espantoso monstruo acuático, hija de
Gaia y
Ponto.
Era la personificación de los peligros del mar, los terrores desconocidos y las criaturas extrañas. La palabra «
ceto» terminó siendo una abreviatura para cualquier monstruo marino, y sigue usándose así.
Su marido fue
Forcis y con él tuvo muchos hijos, conocidos colectivamente como Fórcides.