Rey de los visigodos (642-653), que sucedió a
Tulga, y a quien consiguió usurpar el trono mediante una conjura; posteriormente se hizo elegir por los nobles y ungir por los obispos el 30 de abril del 642.
A pesar de que ya era un anciano de 79 años, su gran energía y fuerza de carácter hicieron someter a su autoridad al
clero y a la
nobleza; con el fin de asegurarse su posición frente a cualquier revuelta, una de sus primeras medidas fue ejecutar a 200 godos de las familias más nobles y a 500 de las familias de rango inferior, además de ordenar muchos destierros y confiscaciones de bienes.