Las
Chlamydiae son
bacterias intracelulares, pues no poseen toda la maquinaria necesaria para su crecimiento. Este crecimiento intracelular permite a las
Chlamydiae producir una infección crónica, al evitar la
apoptosis de la bacteria que infecta. Este mecanismo de infección crónica explica la patogenia de algunas enfermedades que producen:
arteriosclerosis en el caso de la
Chlamydia pneumoniae, tracoma con
ceguera y salpingitis con obstrucción tubárica en el caso de
Chlamydia trachomatis.