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Demócrito de Abdera (en griego: Δημόκριτος; Abdera, Tracia, c. 460 a. C.-c. 370 a. C.)[2] fue un filósofo y polímata[3] griego discípulo de Leucipo, fundador del atomismo y maestro de Protágoras que vivió entre los siglos V y IV a. C.[4] [5] [6] Perteneció a la Escuela de Abdera[7] y tuvo un amplio campo de intereses, pero es especialmente recordado por su concepción atomista de un universo compuesto únicamente por átomos y vacío. Se le ha considerado como «el padre de la física» o «el padre de la ciencia moderna».[8] [9] [10]
Las contribuciones exactas de Demócrito son difíciles de separar de las de su mentor Leucipo, ya que a menudo se mencionan juntos en los textos de los doxógrafos.[11] Una de sus diferencias radica en su escepticismo. Él decía: "Nada sabemos de cierto, pues la verdad está en lo profundo".[12] Demócrito explicó además las sensaciones de un modo mecanicista, defendió una ética hedonista y una política democrática cosmopolita.[13] [14]
Tradicionalmente se le considera un filósofo presocrático aunque es un error cronológico, ya que fue contemporáneo de Sócrates, pero desde el punto de vista filosófico se le asocia a los presocráticos por su temática física (physis), mientras que Sócrates y los filósofos que le siguieron abordaron una temática ético-política. En gran parte fue ignorado en la antigua Atenas, pero era conocido y citado por Aristóteles.[2] Platón también conocía el atomismo de Demócrito, el cual le disgustaba tanto que deseaba quemar todos sus libros.[15] No obstante, las doctrinas fueron muy influyentes en el epicureísmo, y resucitadas en la Edad moderna durante la Ilustración.
Demócrito también fue conocido como El filósofo risueño (en contraste con Heráclito, "el filósofo llorón") al ser propenso a reírse de la ignorancia del mundo y considerar la alegría como el objetivo de la vida.[16][17]