En la
mitología griega Dirce era una
ninfa, esposa de
Lico y sacerdotisa del dios
Dioniso.
Los diversos autores no se ponen de acuerdo sobre quién era su padre. Así,
Dirce figura como hija de los
dioses-río Aqueloo,
Ismeno o
Asopo, o de los dioses
Apolo o
Helios.
Estando casada con Lico, usurpador del trono de
Tebas, hizo la vida imposible a la sobrina de su marido,
Antíope, que vivía con ellos desde que fue repudiada por su esposo, y a la que trataba como una esclava por envidia a su belleza y los rumores que afirmaban que Lico estaba enamorado de ella. La acusó de haberse acostado con su marido, y disfrutaba dándole salvajes tirones de sus trenzas y arañando su cara. Su odio visceral la llevó a encerrar a la desafortunada a oscuras, privándole incluso de agua para beber. Pero Antíope logró escaparse y huyó hasta el monte Citerón, donde vivían sus hijos. Éstos, vengando a su madre, atacaron Tebas, destronaron a Lico y ataron a
Dirce a un toro que la arrastró hasta matarla. Después arrojaron su cuerpo a un manantial que desde entonces lleva el nombre de la malograda ninfa, bien porque fue allí donde la arrojaron sus asesinos o bien porque el mismo manantial brotó del cuerpo de
Dirce a instancias de Dioniso.