Hijo mayor del rey
Príamo y la reina
Hécuba de
Troya, y esposo de
Andrómaca. En
la Ilíada, de
Homero, que narra la guerra de Troya,
Héctor es el mejor guerrero troyano. Como comandante de las fuerzas de la ciudad, su contribución a la resistencia frente al ejército griego durante nueve años es decisiva, y casi al final obliga a los griegos a huir en sus barcos. Sin embargo, durante la batalla mata a
Patroclo, el amigo amado de
Aquiles, el héroe de los griegos. Aquiles, que se había retirado de la lucha por una disputa con el rey
Agamenón, líder de las fuerzas griegas, vuelve al campo de batalla para vengar la muerte de su amante y amigo. Desconsolado y frenético, persigue a
Héctor tres veces alrededor de las murallas de Troya, lo mata y después ata el cadáver a su carro y lo arrastra por el exterior de las murallas hasta la pira funeraria de Patroclo. Al enterarse de que los griegos se niegan a celebrar los ritos funerales de su hijo, el triste Príamo acude a Aquiles con la ayuda del dios
Hermes y le pide que le entregue el cuerpo de su hijo. Aquiles accede conmovido por el dolor del viejo rey y declara una tregua para que los troyanos celebren un funeral adecuado. La Iliada concluye con una descripción del funeral celebrado en honor de Héctor. En contraste con el feroz Aquiles,
Héctor simboliza el guerrero caballeroso.