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Mefistófeles (también llamado Mefisto y otras variantes) es un demonio del folclore alemán. Mefistófeles es comúnmente considerado como un subordinado de Satanás encargado de capturar almas, o bien como un personaje tipo de Satanás mismo.
Durante el Renacimiento, era conocido por el nombre de Mefostófiles, forma de la cual se deriva una de sus posibles etimologías, según la cual el nombre procede de la combinación de la partícula negativa griega μὴ (no), φῶς (luz), φιλής (el que ama), o lo que es lo mismo: el que no ama la luz. Sin embargo, el significado de la palabra no se ha establecido por completo. Butler menciona que el nombre sugiere conjeturas en idiomas griego, persa o hebreo. Entre los nombres sugeridos, están Mefotofiles (enemigo de la luz), Mefaustofiles (enemigo de Fausto), o Mefiz-Tofel (destructor-mentiroso).[1]
Extendido por el Romanticismo y universalizado por el Fausto, simboliza el proceso de pérdida de fe y concreción a lo práctico según un sistema moral propio de las sociedades avanzadas como consecuencia de la Revolución científica y la industrial.
Mefistófeles es presentado muchas veces como una figura tragicómica, atrapado entre su victoria al lograr que las grandes masas dejen de considerar a Dios el centro de todas las cosas, y su derrota al perder relevancia él también por el mismo motivo. En el aspecto gráfico, Mefistófeles ha sido mostrado como la representación más refinada del mal, siendo caracterizado con ropas fastuosas propias de la nobleza y con una mente fría, racional y con un alto nivel de lógica, la misma que utilizaría para atrapar mentalmente a las personas y hacer que siguiesen sus designios.