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Sheev Palpatine[7](84 ABY, Naboo—35 DBY Exegol) (también conocido como Darth Sidious o el Emperador, y, previamente, el Senador Palpatine) es un personaje de ficción del universo de Star Wars,[8] principalmente interpretado por Ian McDiarmid.
En la trilogía original, el emperador es representado como un anciano encapuchado de rostro pálido, que es el gobernante absoluto del Imperio Galáctico. Mientras que en la trilogía de precuelas es retratado como un carismático senador del planeta Naboo, que usa el engaño y la manipulación política para ascender a la posición de «Canciller Supremo de la República Galáctica»; y que continúa después usándolos para perpetuarse en el cargo e ir acumulando más y más poderes excepcionales, hasta que vio la oportunidad de dar el golpe de Estado definitivo y eliminar la democracia, proclamándose «Emperador».
Antes de ello, Palpatine daba hacia fuera la imagen de ser un servidor público bien intencionado, y partidario de la democracia,[9] pero en lo oculto era Darth Sidious, un Señor Oscuro de los Sith (un culto de practicantes del Lado Oscuro de la Fuerza, que se creían extintos desde hacía un milenio) que aguardaba pacientemente la oportunidad de saltar a la palestra, revelando sus reales intenciones.[9] Actuado como Sidious, provocó la crisis de Naboo, para alcanzar el puesto supremo de canciller; y después instigó las Guerras Clon, para desestabilizar la República e ir acumulando poderes de crisis, hasta acabar destruyendo al Gran Consejo Jedi (aunque no consiguiera acabar con todos los jedi) y transformando la República en Imperio Galáctico. También fue corrompiendo poco a poco al joven e impetuoso jedi Anakin Skywalker, hasta acabar uniéndolo a su cometido y convirtiéndolo en Darth Vader. Tras disfrutar del dominio casi completo de la Galaxia durante muchos años, vio su poder amenazado al detectar al joven Luke Skywalker a través de una perturbación de La Fuerza. Admirado por el potencial que Luke tenía, Sidious consideró el consejo de su discípulo Vader de intentar atraerlo al Lado Oscuro para convertirlo en un aliado y un Sith, por lo que le ordena capturarlo y llevarlo ante su presencia. Sin embargo, las intenciones de Sidious resultaron ser otras (también lo eran las de Vader). Delante del emperador, y provocado por las mentiras insidiosas de este, Luke acaba batiéndose en duelo mano a mano contra Vader, quien acaba derrotado e indefenso; en ese momento el emperador interviene para hacerle ver a Luke lo enormemente poderoso que le había hecho su ira, y le anima a terminar con su padre y ocupar su puesto a su lado, como su nuevo discípulo y ayudante. Ante la firme negativa de Luke (que a su vez evita así entregarse al Lado Oscuro), Sidious lo ataca con la intención de matarlo. Sin embargo, Darth Vader vuelve a entrar en conflicto con sus sentimientos, y ataca por sorpresa a Sidious, tomándolo por la espalda y arrojándolo hacia un reactor de energía. Lograba así su redención, y cumplía la profecía de que iría a eliminar la amenaza de los Sith y equilibrar la Fuerza.
Aunque de poco sirvió, ya que Palpatine había previsto un plan para ser ejecutado tras su muerte. Y así es como empiezan a aparecer unos androides que portan mensajes del emperador destinados a los oficiales más leales al Imperio (destacan Gallius Rax y Garrick Versio). En ellos se les ordenaba que llevasen a cabo la construcción de unas nuevas superarmas capaces de arrasar la superficie completa de un planeta: se trataba de la operación ceniza, un plan de contingencia que tenía el propósito de destruir la Galaxia por haber permitido que su emperador fuese destruido. Este gran plan se haría realidad en la batalla de Jakku, cuando Rax mata al último consejero de Palpatine que quedaba con vida, y se suicida. Los restos del imperio partirían hacia las regiones desconocidas para convertirse en la Primera Orden, tal y como había previsto Palpatine.
Snoke, un clon fallido de Palpatine, asume el liderazgo de la primera orden mientras que Palpatine se vuelca en la creación de una flota leal a los Sith que se uniría a la primera orden para crear la Orden Final y volver a ser emperador, aunque también se dedica a buscar a su nieta Rey para convertirla en su aprendiz.
En la cultura popular y desde su primera aparición en Star Wars: Episode V - The Empire Strikes Back, Palpatine se ha convertido en un símbolo ampliamente reconocido del mal, el engaño, la tiranía y la subversión de la democracia.