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Pretor[1] (en latín, praetor) era el título concedido por el gobierno de la Antigua Roma a un hombre que actuaba en una de dos capacidades oficiales: (i) el comandante de un ejército, y (ii) un magistratus (magistrado) elegido, designado para desempeñar diversas funciones. Las funciones de la magistratura, la praetura (pretoría), se describen con forma adjetiva:[2]praetoria potestas (poder pretoriano), praetorium imperium (autoridad pretoriana), y praetorium ius (derecho pretoriano), siendo los precedentes legales establecidos por los praetores (pretores). Praetorium, como sustantivo, indicaba el lugar desde el que el pretor ejercía su autoridad, ya fuera la sede de sus castra, el tribunal de su judicatura o el ayuntamiento de su gobernación provincial.[3]
En tanto magistrado, la jerarquía de un pretor se alineaba inmediatamente por debajo de la de cónsul. En los primeros tiempos de la República romana, el término pretor servía para designar a los cónsules, porque estaban colocados al frente de los ejércitos, pero en el año 366 a. C. se creó en Roma, con el título particular de praetor, una nueva magistratura cuya función principal era la de administrar justicia en la fase in iure, conceder interdictos, restitutiones in integrum y otras funciones judiciales, además estaba dotado del ius edicendi.[4] Otras funciones del pretor incluían las de convocar al Senado y los comicios, promulgar leyes, gobernar provincias y comandar ejércitos. Este cargo, llamado pretura,[5] fue creado en el año 367 a. C. por las Leyes Sextias y Licinas. Desde su creación hasta el año 241 a. C. solo existió un cargo de pretor en Roma, encargado de la organización de los procesos. En este año se creó otro para proteger a los extranjeros. Su número fue creciendo a la par que Roma iba conquistando nuevos territorios. A pesar del número de pretores, esta magistratura no estaba colegiada, ya que no todos tenían las mismas competencias y estas eran sorteadas. Estaban investidos de imperium e ius auspiciorum maius.
Los plebeyos no llegaron a la pretura sino hasta 337 a. C.,[6] aunque el cargo estuvo accesible tanto a patricios como a plebeyos desde el principio.