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Los orcos o trasgos (orcs o goblins en las publicaciones originales en inglés) del legendarium de J. R. R. Tolkien son una raza fantástica de criaturas usadas como soldados y secuaces por los grandes villanos de El Silmarillion y El Señor de los Anillos: Melkor, Sauron y Saruman, aunque en ocasiones también actúan de forma independiente, como parecen hacerlo en El hobbit. Tolkien los retrata como seres escasamente inteligentes, pero muy astutos cuando es necesario, miserables y deformes, aunque a veces al público esas características les resultan cómicas en algunos sentidos. Odian todo lo existente, incluso a ellos mismos y a sus amos, a quienes sirven por temor. Aunque no hacen nada hermoso ni artístico, tienen una cierta tecnología que emplean principalmente para la destrucción y matanza de hombres y elfos. Aborrecen la luz del Sol y no soportan estar bajo ella.[1]
Si bien en parte de sus escritos tempranos, inéditos en su momento, Tolkien parece distinguir entre orcos (orcs, posteriormente escrito orks) y trasgos (goblins), en la época de sus trabajos publicados ambos términos se habían convertido en sinónimos: en El hobbit generalmente empleó el término «trasgo», mientras que en El Señor de los Anillos prefirió «orco». Así, a los oponentes de los enanos en la «guerra entre los enanos y los trasgos» de El hobbit, como Azog o Bolgo, los llama «orcos» (en el «Apéndice A» de El Señor de los Anillos). No hace distinción alguna por tamaño o por tipo, ya que los grandes seres como los uruk-hai son tan trasgos como los orcos comunes.[1]