Una
lengua aglutinante es una
lengua en la que las palabras se forman uniendo
morfemas. Este término fue creado por
Wilhelm von Humboldt en 1836 para clasificar las lenguas teniendo en cuenta su
morfología. La palabra procede del verbo latino
agglutinare, que significa «pegar una cosa con otra».
Además, a diferencia de las
lenguas fusionales, en una lengua
aglutinante los afijos no se fusionan los unos con los otros, y su forma no varía dependiendo de los otros morfemas.
En resumen, se trata de un tipo de lengua en el que, a un raíz fija, normalmente monosilábica, se
aglutinan sufijos que modifican o precisan su sentido.