Es un requisito objetivo para la concesión de una
patente. Consiste en que la invención patentada debe poder ser utilizada o fabricada en cualquier tipo de
industria, incluida la agrícola.
Es un requisito fácil de cumplir. Pero muchas legislaciones establecen que los métodos de tratamiento o diagnóstico de enfermedades animales o humanas no tienen
aplicación industrial y por lo tanto no son patentables. No se impide sin embargo patentar los aparatos utilizados. Así hace por ejemplo el
Convenio sobre la Patente Europea.