Las
cascadas son formaciones geológicas que generalmente resultan del flujo de la
corriente de un
río sobre un terreno rocoso resistente a la
erosión y que forman saltos con alturas significativas. Cuando éstos tienen una altura o extensión considerable, suelen recibir el nombre de
cataratas.
Las
cascadas son sistemas dinámicos que varían con las estaciones y con los años, aunque ésto último sólo se hace perceptible a escala
geológica. Presentan distintas formas (por ejemplo, si su caída es vertical o si sigue una pronunciada pendiente, etc.), determinadas por el volumen de
agua, la altura de la caída, la anchura del lecho y la conformación de las paredes entre las cuales corre el líquido, dependiendo del tipo de
roca y de las distintas capas en las que se disponen. Las
cataratas de Yosemite, en
California, miden 739 metros de alto (desde el tope hasta la base inferior); las dos caídas principales del Niágara son célebres por el caudal de sus aguas, que llega a los 11.000 metros cúbicos por segundo.