En
biología se llama
clado a cada una de las ramas del árbol genealógico de los
seres vivos.
Darwin mostró, entre otras cosas, que la
evolución va acompañada de divergencia, de manera que dadas dos
especies, derivarán de un antepasado común más o menos remoto en el tiempo. Desde entonces, el ideal de la
clasificación biológica es agrupar a las especies por su grado de parentesco, poniendo más cerca a las que tienen un antepasado común más próximo. El estudio del parentesco,
análisis filogenético o análisis cladístico, se realiza ahora con herramientas muy eficaces, como la comparación directa de secuencias genéticas, y el ideal se está por fin cumpliendo. Los árboles filogenéticos resumen lo que se sabe de la historia evolutiva y se llama
clados a sus ramas.