adj.
Perteneciente a la colonia.
género común
1) Ultramarino, comestible de oriente o americano.
2) Término que designa el arte que se desarrolló en América a partir de la llegada de los conquistadores españoles.
3) Arquitectura. Durante todo el período de la conquista y colonización la arquitectura tuvo un carácter fundamentalmente religioso. Por orden real, el primer edificio de cualquier nueva ciudad había de ser una iglesia. Se diseminaron así por el Nuevo Mundo numerosos conventos, monasterios, templos y capillas verdaderos vehículos de evangelización. Estas edificaciones, derivadas de los modelos de España y Portugal, adoptaron de aquéllos sus formas y estilo, pero los adaptaron al medio, lo cual les confirió una fisonomía particular. Ante la necesidad de llegar a lugares remotos y peligrosos y frente a la necesidad de evangelizar a grandes masas de indios se aceptó el sistema peninsular del templofortaleza. Era un conjunto almenado que comprendía una iglesia, un convento, un enorme atrio y una capilla abierta o de indios. En el atrio, estaban también las capillas posas (llamadas así porque en ellas se posaban las imágenes durante las procesiones). Buen ejemplo de éstas son las que se encuentran en el convento de Huejotzingo, en Puebla, y en San Gabriel, en Cholula. Los agustinos, seguidos por los dominicos y franciscanos, fueron los que levantaron los conventos más monumentales entre los que destacan los de Acolman, Actopan, Quitzeo y Yuriria, todos ellos en México. Con el siglo XVII empezó la era de las grandes catedrales, cuyo monumento clave en toda América es la catedral de México. Fue construida a lo largo de 250 años (1563-1813) sobre las ruinas de un templo azteca. Trazada por el arquitecto burgalés Claudio Araniega sobre el sobrio estilo de Herrera, se desplegó después, en su interior el barroco de los siglos posteriores. Jerónimo de Balbás construyó en ella el retablo de la capilla Real (1710- 1737) donde aparece desarrollado por primera vez el estípite como soporte. Así, la pilastra estípide desplazó a la columna estriada, tomando las más diversas funciones. En 1575 se inició la catedral de Puebla, de planta similar a la de México, según planos del mismo Arciniega. La cúpula y las torres de la catedral de Córdoba, empezada por el jesuita Andrés Blanqui, se consideran la obra maestra del arte colonial en Argentina. Modestas en su origen, las ciudades hispanoamericanas se transformaron luego en magníficas creaciones barrocas. Lima, por ejemplo, adquirió un aspecto inconfundible en la segunda mitad del siglo XVIII. El mayor lujo se alcanzó en la Ciudad de México, cuando los ricos propietarios de minas construyeron sus moradas: el Palacio del conde San Mateo de Valparaíso (hoy Banco Nacional) el del marqués de Jaral del Barrio, figuran entre los más importantes de la otrora llamada "ciudad de los palacios"
4) Pintura. Utilizando tintas extraídas de vegetales y minerales, como en la época precolombina, y telas de trama áspera y desigual los pintores americanos, incorporaron a la iconografía sagrada una versión autóctona de los arcángeles, a los que representaron como arcabuceros contemporáneos. En el siglo XVII los cuadros comenzaron a sustituir a las esculturas en muchos retablos y se hizo frecuente la moda del retrato entre la aristocracia laica y eclesiástica. Sobresalen los nombres de Gregorio Vázquez de Arce en Colombia, y los de José Ibarra y Miguel Cabrera en México.
5) Escultura. En el Virreinato de Nueva España y en el del Perú se importaban cuadros y esculturas de maestros flamencos, italianos y españoles sobre los cuales los artistas locales aprendieron a esculpir. El material empleado por excelencia fue la madera. recubierta con yeso y decorada mediante los procedimientos encarnación - se aplica directamente el color - y de estofado - pinturas sobre un fondo de plata y oro para las vestimentas de los personajes-. A comienzos del siglo XVII nacieron las escuelas locales, como la cuzqueña de pintura y la quiteña de escultura. Las misiones jesuíticas cumplieron un importante papel al familiarizar al indígena con las técnicas de ornamentación, pintura y escultura. Las obras de Antonio Francisco Lisboa marcan la culminación de la escultura colonial americana: la fachada y las imágenes de san Francisco de Ouro Preto y las estaciones del Calvario del Buen Jesús de Malozinhos en Congonhas do Campo, en Brasil, son puntos culminantes del estilo arquitectónico y escultórico de Minas.