adj.
1) Perteneciente o relativo a Corea.
2) Natural de una de las dos repúblicas que componen la península de Corea. Se utiliza también como sustantivo.
sust. masc.
1) Lengua propia de los naturales de la península de Corea.
2) El arte coreano, aunque representa un período de expansión de la cultura china, tras una fase inicial de préstamo y asimilación, ha desarrollado constantemente elementos locales. En el panorama artístico del Extremo Oriente revistió gran importancia por haber transmitido al Japón los modelos culturales y estilísticos recibidos de China. La cerámica de barro tosco sin decorados está considerada como la expresión peculiar del neolítico coreano, mientras que la cerámica decorada "en surcos" parece influenciada por las culturas siberianas meridionales. Por último, la de barro rojo con la superficie pulida revela afinidades con la cerámica china. La influencia de la cultura china Han sobre esta arte se manifiesta especialmente en la fundación de ciudades con una configuración que será característica en los futuros centros urbanos y en los tesoros de arte (es famoso El cesto con figuras pintadas sobre una superficie lacada). Desde el siglo I hasta el VII transcurrió el período de los Tres Reinos, así llamado por la presencia de los reinos de Koguryo, Pakche y Silla. Durante este último reinado se verificó un excepcional florecimiento artístico unido a la introducción del budismo (372) que condicionó la arquitectura religiosa. Los hallazgos del reino de Koguryo consisten exclusivamente en tumbas con cámaras decoradas con pinturas murales que representan de forma original la simbología china del período Han y del siguiente (el llamado "medioevo"). En el reino de Pakche surgieron las grandes ciudades-templo budistas. Sólo se conserva un testimonio indirecto, las construcciones de este tipo que Corea transmitió al Japón junto con la civilización budista. Como por ejemplo el monasterio japonés de Horyu del 607 que conserva las esculturas de madera de origen coreano. Con la unificación del país bajo el reino de Silla (608) comenzó un período de paz y prosperidad influido por el arte chino contemporáneo, el de los Tang. Coronas de gruesas láminas de oro, zarcillos, arreos de caballos, etc., son los testimonios de dicho período. Los ejemplos más significativos de la arquitectura religiosa son los templos de Pul-kuk-sa (siglo VIII) y el rupestre de Sokkuran, ambos en las cercanías de la capital Kyongju. La escultura está representada por el cortejo de figuras humanas o animales que servían de señal y guardia en las entradas a las tumbas reales, por relieves ornamentales con motivos florales o religiosos y los relieves en bronce de las campanas y por elegantes pequeños bronces dorados que representan imágenes del repertorio budista. Con la fundación de la dinastía Koryo (918-1392) se esbozaron corrientes que dieron a la arquitectura un sello muy particular. Durante este período, la escultura decayó sensiblemente. En 1392 se instala la dinastía Yi durante cuyo período se desarrollan complicadas estructuras arquitectónicas. A partir de la invasión japonesa a finales del siglo XVI se produce un declive del arte que no vuelve a florecer hasta el siglo XVIII. Sin embargo la nueva ocupación japonesa a principios de este siglo y la división del país han causado una ruptura en el arte autóctono.