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Las deidades del Antiguo Egipto son los dioses que eran venerados en el Antiguo Egipto. Las creencias y rituales que rodean a estos dioses son el centro de la religión del Antiguo Egipto, que emergió junto con ellos en algún momento en la edad antigua. Las deidades representaban a las fuerzas y fenómenos naturales, y los egipcios los apoyaban y calmaban a través de ofrendas y rituales de modo que estas fuerzas continuaran con sus funciones de acuerdo a la maat, o el orden divino. Después de la fundación del Estado egipcio alrededor de 3100 a. C., la autoridad para realizar estas tareas era controlada por el faraón, quien decía ser el representante de los dioses y quien gestionaba los templos donde los rituales eran llevados a cabo. Las complejas características de los dioses fueron expresadas a través de mitos y en las intrincadas relaciones entre las deidades: lazos familiares, grupos y jerarquías poco estrictas y combinaciones de dos dioses en uno. Las diversas representaciones de las deidades en el arte del Antiguo Egipto —como animales, humanos, objetos y combinaciones de diferentes formas— también aludían, a través del simbolismo, a sus características esenciales.
En épocas diferentes, varios dioses ocuparon la posición más alta en la sociedad divina, incluyendo a la deidad solar Ra, el misterioso dios Amón y la diosa madre Isis. Usualmente se le acreditaba la creación del mundo a la deidad más alta y frecuentemente se conectaba con el poder para dar vida del sol. Algunos académicos han argumentado, basándose en parte en manuscritos egipcios acerca de estos altos dioses, que los egipcios reconocieron un poder divino único que estaba detrás de todas las cosas y presente en todas las deidades. Sin embargo, jamás abandonaron la visión politeísta del mundo, con una posible excepción en la época del Atonismo en el siglo XIV a. C., cuando la religión oficial se centró casi exclusivamente en el dios solar impersonal Atón.
Se creía que los dioses estaban presentes a través del mundo, que eran capaces de influenciar los eventos naturales y las vidas humanas. Los humanos interactuaban con ellos en los templos y en santuarios no oficiales, por razones personales como por las metas más grandes de los ritos del estado. Los egipcios rezaban buscando ayuda divina, utilizaban rituales para compeler a los dioses a actuar, los llamaban en busca de consejo. Las relaciones humanas con sus dioses eran una parte fundamental de la sociedad egipcia.