Una
diosa es una deidad a la que se atribuyen atributos femeninos y que, por tanto, se representa con cuerpo de mujer.
En la antigüedad, cuando los pueblos se asentaban y emergía la
agricultura, la primera divinidad era la diosa de la fertilidad, que hacía crecer los campos y engendrar hijos. Un auténtico milagro para la población.
El paso del
panteísmo al
politeísmo no implicó un cambio inmediato de una sociedad matriarcal o igualitaria, cuando existía, a patriarcal. Sin embargo, la adopción de un
dios principal eminentemente másculino marca la concepción patriarcal fuerte.