exclamar (del lat. "exclamare") intr. y tr. *Decir bruscamente o con vehemencia, a consecuencia de cierta impresión recibida o de cierto pensamiento, una expresión que, generalmente, no constituye una oración completa.
. Catálogo
Exclamación, *grito, interjección, *juramento, maldición, taco, *terno, voto. Lanzar, proferir, prorrumpir en, saltar, soltar. ¡Achachay!, ¡achís!, ¡adelante!, ¡ah!, ¡ahora...!, ¡ajajay!, ¡amalaya!, ¡ananay!, ¡anda!, ¡Ángela María!, ¡apa!, ¡aprieta!, ¡arre!, ¡arrea!, ¡arriba!, ¡ni por asomo!, ¡atención!, ¡atiza!, ¡aupa!, ¡ayayay!, ¡ay de...!, ¡qué barbaridad!, ¡qué bien!, ¡bravo!, ¡bueno!, ¡ca!, ¡calla...!, ¡a callar!, ¡calle!, ¡canarios!, ¡caracoles!, *¡caramba!, ¡caramba con!, ¡carape!, ¡caray!, ¡cáspita!, ¡cataplán!, ¡cataplún!, ¡catapún!, ¡che!, ¡chico!, ¡claro!, ¡por los clavos de Cristo!, ¡el [o es el] colmo!, ¡con lo que...!, ¡contra!, ¡córcholis!, ¡habrá cosa igual [parecida o semejante]!, ¡que te crees tú eso!, ¡cuidado!, ¡cuidado con!, ¿qué me dices?, ¡demonio! ¡el demonio de...!, ¡demontres!, ¡deprisa!, ¡diablo!, ¡cómo diablos!, ¡diantre[s]!, ¡digo!, ¡no digo nada!, ¡Dios!, ¡alabado sea Dios!, ¡Dios mío!, ¡Dios nos asista!, ¡Dios nos coja confesados!, ¡Dios nos tenga de su mano!, ¡Dios Santo!, ¡Santo Dios!, ¡válgame Dios!, ¡vaya por Dios!, ¡ea!, ¡eh!, ¡a Él!, ¡a ello!, ¡sus y a ello!, ¡a ellos!, ¡epa!, ¡ahí es nada!, ¿cómo es eso?, ¡no es nada!, ¿qué es eso?, ¡a ese!, ¡nada de eso!, ¡adelante con los faroles!, ¡qué gracia!, ¡gua!, ¡guau!, ¡hala!, ¡hale!, ¡hale hop!, ¡he!, ¡hola!, ¡hola, hola!, ¡hombre!, ¡claro hombre!, ¡pero hombre...!, ¡hopo!, ¡hospo!, ¡hummm...!, ¡hurra!, ¡huy!, ¡ni imaginarlo!, ¡jajay!, ¡jau!, ¡jobar!, ¡joder!, ¡jolín [o jolines]!, ¡jopé!, ¡joroba!, ¡leche!, ¡madiós!, ¡madre!, ¡mande!, ¡qué manera de...!, ¡vaya una manera de...!, ¡Ave María Purísima!, ¡mecachis!, ¡mejor!, ¡mejor así!, ¡mejor que mejor!, ¡miau!, ¡miéchica!, ¡miento!, ¡mierda!, ¡mira [o mira con...]!, ¡de ningún modo!, ¡mujer!, ¡mutis!, ¡naranjas de la China!, ¡narices!, ¡nequáquam!, ¡o!, ¡oh!, ¡ojo!, ¡no es nada lo del ojo... [y lo llevaba en la mano]!, ¡ole!, ¡ole con ole!, ¡la órdiga!, ¡anda la osa!, ¡ostras!, ¡paf!, ¡santa palabra!, ¡pardiez!, ¡pardiobre!, ¡pataplum!, ¡ni pensarlo!, ¡pero...!, ¡ni por pienso!, ¡que me place!, ¡plum!, ¡punto en boca!, ¡qué...!, ¡ni que...!, ¡quia!, ¡recórcholis!, ¡rediez!, ¡rediós!, ¡repámpanos!, ¡que... Rita!, por todos los santos, ¡que [o pues] no señor!, ¡que [o pues] sí señor!, ¡como si...!, ¡silencio!, ¡ni soñarlo!, ¡sopla!, ¡ta!, ¡tate!, ¡tira, tira adelante!, ¡to!, ¡toma!, ¡trágame tierra!, ¡uh!, ¡upa!, ¡uy!, ¡vaya!, ¡venga!, ¡qué veo!, ¡a ver!, ¡hay que ver!, ¡vamos a ver!, ¡habráse visto!, ¿pero has visto?, ¡Virgen santísima!, ¡viva!, ¡vivo!, ¡voto a!, ¡ya!, ¡zapatetas!, ¡zas! Véanse las exclamaciones correspondientes en "*admiración, afirmación, *alabanza, *alegría, *alivio, amenaza, *animar, aplauso, aprobación, asombro, bendición, *caballería, *caída, *conformidad, *deseo, despedida, *disgusto, *dolor, *duda, *encuentro, *enfado, *entusiasmo, *extrañeza, *impaciencia, *incitar, *lamentación, *levantar, *llamar, *maldecir, *mandato, *negar, padecimiento, *percatarse, *ponderación, *protesta, *queja, *reprensión, reprobación, *rogar, saludo, *satisfacción, sentimiento, *silencio, *sorprender, súplica, *susto, temor".
. Formas de expresión
Aparte de las interjecciones propiamente dichas, o sea expresiones usadas específicamente para expresar un estado de ánimo en forma exclamativa, se construyen exclamaciones con el pronombre-conjunción "que" o un pronombre o adverbio conjuntivo: "¡Qué cosa más rara! ¡Cuándo llegará ese día! ¡Cómo me gustaría saberlo!".
Con "tan" o "tanto" se forman expresiones que son a la vez exclamativas e interrogativas: "¡Tan pronto has llegado! ¡Tanto te gusta!".
Con la conjunción "si" se forman exclamaciones de *deseo o de *duda: "¡Si me saliera bien la combinación...! ¡Si fuera verdad...!".
También se forman exclamaciones poniendo el verbo en infinitivo: "¡Hacerme venir para esto!".
Se forman exclamaciones de *incredulidad, que son más bien de negación, con el adjetivo o el nombre que expresa una atribución y el nombre de la cosa o persona a la que se pretende atribuir lo expresado por ellos, o un pronombre que lo represente: "¡Seriedad en esa casa! ¡Bueno ése!" (con tono algo interrogativo).
En todas las exclamaciones, como se ve en los casos anteriores, hay elipsis, por lo menos de verbo; y con la conjunción "que" se lleva a cabo a veces la supresión de oraciones enteras: "¡Que pueda sostenerse semejante disparate!"(falta al principio una oración de la que depende la expresada, que puede ser, por ejemplo: "¿Cómo puede concebirse...?").
Ciertas oraciones exclamativas tienen un sentido interrogativo que no llega a serlo propiamente porque la respuesta está implícita en ellas; si la oración tiene forma afirmativa, esa respuesta es negativa, y a la inversa: "¡Quién sabe lo que pasará!"(respuesta: "nadie lo sabe"). "¡Qué no daría yo por estar allí!"(respuesta: "lo daría todo"). Hay que advertir que no todas las oraciones negativas de esa forma tienen ese sentido interrogativo; no lo tienen aquellas que empiezan por una expresión ponderativa como "cuánto" o "qué de", y en éstas es impropio, como se hace a veces, emplear el adverbio "no" cuando tienen significado afirmativo; por ejemplo, en la frase "¡qué de cosas no le diría!" sobra "no", porque lo que se pondera no es las cosas que se dejarían de decir, sino las que se dirían.