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La ictericia es la coloración amarillenta de la piel, la esclerótica y mucosas debida a un aumento de la bilirrubina (valores normales de 0,3 a 1 mg/dL —miligramos por decilitro—) que se acumula en los tejidos, sobre todo aquellos con mayor número de fibras elásticas (paladar, conjuntiva).[1] La ictericia en adultos es típicamente una señal que indica la presencia de enfermedades subyacentes relacionadas con un metabolismo anormal del hemo, disfunción del hígado u obstrucción del tracto biliar.[2] La prevalencia de la ictericia en adultos es rara, en tanto que es común en recién nacidos, estimándose que hasta un 80% son afectados por ella durante la primera semana de vida.[3] Los síntomas más comúnmente asociados de ictericia son prurito, heces de color pálido y orina de color oscuro.[4]
Se hace clínicamente evidente cuando la bilirrubina es mayor de 2,5 mg/dL. Este aumento puede ser a expensas de la fracción no conjugada o «indirecta» de la bilirrubina (BI); esta es liposoluble y no se filtra por el riñón, por lo que no aparece coluria. Cuando el aumento es a expensas de la bilirrubina conjugada o «directa» (BD), al ser esta hidrosoluble, se filtra por el riñón, apareciendo coluria. Puede haber aumentos de ambas fracciones y se habla entonces de hiperbilirrubinemia mixta. La bilirrubina no conjugada es la relacionada con la ictericia prehepática y no hay coluria ni acolia, mientras que la bilirrubina conjugada está relacionada con la ictericia hepática y posthepática.
Las causas de la ictericia varían de las relativamente benignas hasta las potencialmente letales.[5] Una bilirrubina no conjugada alta puede deberse a una ruptura excesiva de glóbulos rojos, hematomas grandes, condiciones genéticas como el síndrome de Gilbert, al ayuno prolongado, a la ictericia neonatal o a problemas de tiroides.[4][5]Una bilirrubina conjugada alta puede deberse a enfermedades hepáticas como la cirrosis o la hepatitis, infecciones, medicamentos, o bloqueo de la vía biliar,[4]debida a factores que incluyen cálculos biliares, cáncer o pancreatitis.[4]Otras condiciones pueden causar también un tono de piel amarillento sin ser ictericia, entre ellos la carotenemia, que puede desarrollarse a raíz de una dieta que incluye gran cantidad de alimentos con contenido de caroteno, o medicamentos tales como la rifampicina.[4]
El tratamiento de la ictericia se determina típicamente de acuerdo con la causa subyacente.[6] Si existe un bloqueo de la vía biliar, se requiere generalmente de cirugía; de otra forma, el manejo es médico.[6]El manejo médico puede involucrar el tratamiento de causas de las infecciones y la suspensión de medicamentos que puedan contribuir a la ictericia.[6]La ictericia en recién nacidos puede ser tratada con fototerapia o exanguinotransfusión dependiendo de la edad y prematuridad cuando la bilirrubina es mayor a 4–21 mg/dl (68-360 μmol/L).[7] El prurito puede ser tratado con drenado de la vesícula biliar (colecistotomía), ácido ursodesoxicólico, o antagonistas de opioides, tales como la naltrexona.[8]