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Los focénidos (Phocoenidae) son una familia de cetáceos odontocetos que incluye las marsopas (latín, «cerdos de mar»). Son las especies más pequeñas del infraorden Cetacea, y el uso del término es confuso a nivel vernáculo, ya que suele llamarse marsopa a cualquier delfín de tamaño pequeño, aunque correspondan a una familia taxonómica diferente (por ejemplo, el delfín de Héctor). Si bien son similares a los delfines, están de hecho relacionados de manera más cercana a los narvales y a las belugas. Hay siete especies existentes de marsopas, todas entre las más pequeñas de los cetáceos dentados. Se diferencian de los delfines en particular por sus dientes aplanados en forma de pala, distintos de los dientes cónicos de los delfines, así como en la falta de un hocico pronunciado, aunque algunos delfines (p. ej., el delfín de Héctor) también carecen de hocicos pronunciados. Las marsopas, y otros cetáceos, pertenecen al clado Cetartiodactyla junto con los ungulados de dos dedos, y sus parientes vivientes más cercanos son los hipopótamos, de los que divergieron hace alrededor de 40 millones de años.
Las marsopas varían en tamaño desde la vaquita marina, con 1,4 metros de longitud y 54 kilogramos de peso, hasta la marsopa de Dall, con 2,3 m y 220 kg. Varias especies muestran dimorfirsmo sexual, siendo las hembras más grandes que los machos. Tienen cuerpos ágiles y dos extremidades que se han modificado en aletas. Las marsopas usan la ecolocalización como su sistema sensorial principal. Algunas especies están bien adaptadas para sumergirse a grandes profundidades. Como todos los cetáceos, tienen una capa de grasa bajo la piel para mantenerse tibias en el agua fría.
Las marsopas son abundantes y se encuentran en una multitud de ambientes, incluyendo ríos (marsopa sin aleta), aguas costales y de plataforma (marsopa común, vaquita marina) y el océano abierto (marsopa de Dall y marsopa de anteojos), en aguas de todas las temperaturas desde tropicales (p. ej., la vaquita en el golfo de California) hasta polares (la marsopa común en Groenlandia). Las marsopas se alimentan principalmente de peces y calamares, como el resto de odontocetos. Se sabe poco acerca de su comportamiento reproductivo. Las hembras dan una cría cada año bajo condiciones favorables.[1][2] Las crías nacen típicamente en los meses de primavera y verano y siguen dependiendo de la hembra hasta la siguiente primavera. Las marsopas producen clics ultrasónicos que usan para la navegación (ecolocalización) y para la comunicación social. A diferencia de muchas especies de delfines, las marsopas no forman grupos sociales grandes.
Las marsopas eran, y aún lo son, cazadas en algunos países por un método que implica rodearlas con botes y redes y empujarlas hacia las playas. Amenazas más grandes contra las marsopas incluyen la extensa captura accesoria por trasmallo, la competencia por comida con los pesqueros y la contaminación marina, en particular los metales pesados y los organoclorados. La vaquita marina estuvo a punto de extinguirse en el siglo XX debido a la captura accesoria en trasmallos, con una población predecida de menos de 100 individuos. Desde la extinción del baiji, la vaquita es considerado el cetáceo en mayor peligro. Algunas especies de marsopas han sido mantenidas en cautiverio y entrenadas para la investigación, educación y para la exhibición pública.