Mecánica newtoniana
El hecho de que el universo esté regido por simples leyes naturales es un hecho notable, profundo y absurdo a primera vista. ¿Cómo pueden la vasta variedad de la naturaleza, la multitud de objetos y procesos, estar todos sometidos a unas cuantas leyes simples y universales? Isaac Newton halló la respuesta. Supo hacer por vez primera, al formular su mecánica, una clara distinción conceptual entre las "condiciones iniciales" de un sistema físico y "las leyes del movimiento". Si se nos dan las condiciones de un sistema físico, como las condiciones y momentos de miles de millones de partículas, condiciones que podrían complicarse arbitrariamente, las leyes del movimiento determinan exactamente el desarrollo posterior del sistema en el tiempo. El mundo quedó así dividido en dos componentes: las condiciones iniciales, que representaban la complicada situación del mundo, y la simples leyes universales que determinaban su desarrollo posterior. Pocas veces ha tenido una idea consecuencias tan profundas y de tan largo alcance.Newton y sus sucesores aplicaron con éxito creciente estas leyes del movimiento y de la gravedad a los movimientos de la Luna, los planetas y los cometas. El ámbito de la ley de la gravitación universal se extendió incluso a las estrellas lejanas, a través de los estudios de sistemas estelares binarios de William Herschel, Al ver que la física newtoniana describía el movimiento del firmamento, los físicos se convencieron de que los métodos matemáticos basados en leyes naturales y universales se convertirían en el Instrumento conceptual más poderoso para la investigación del cosmos. Ese convencimiento quedó ratificado espectacularmente en 1846, al descubrirse un nuevo planeta, Neptuno, a partir de los estudios matemáticos de perturbaciones en la órbita de Urano que predecían su emplazamiento.La universalidad de las leyes naturales y la unidad del universo recibió posteriormente una bella confirmación, cuando William Huggings desarrolló la espectroscopia estelar visual y cuando Henry Draper fotografió el espectro de absorción de hidrógeno de la estrella Alfa Lira (Vega), el 1 de agosto de 1872.