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En las mitologías griega y romana, las oceánides (Ὠκεανίδες Ôkeanídes, plural de Ὠκεανίς Ôkeanís) eran ninfas hijas de Océano y Tetis. Cada una de ellas estaba asociada a una fuente, a un estanque, a un río o a un lago; pero siempre se trataba de corrientes de agua dulce. Eran hermanas de los oceánidas (o Potamoi), dioses fluviales y afluentes del río Océano. Las ninfas auras, néfelas y limnátides a veces forman parte de las oceánides. Al menos se tiene en consideración que la oceánide más vieja de todas fue Éstige, y tras ella Neda. Idía parece ser la más joven de sus hermanas, si es que no es cierto que las ninfas de Ártemis son las más jóvenes de su raza. No hay una tradición fijada para citar los nombres de las oceánides. A veces son ninfas epónimas (Europa, Libia o Asia), antiguas reinas preolímpicas (Dione, Metis o Eurínome), abstracciones personificadas (Tique, Peito o Némesis), o bien coinciden con los nombres de las nereidas (Clímene, Toa o Doris). La hija de un dios fluvial o una ninfa oceánide casi siempre pertenece a las náyades.