En la
mitología griega,
Pirra era hija de
Epimeteo y esposa de Deucalión.
Cuando
Zeus decidió finalizar la Edad Dorada con el gran
diluvio, Deucalión y su esposa, Pirra, fueron los únicos supervivientes.
Prometeo le dijo a su hijo, Deucalión, que construyese un arca y, así, sobrevivieron.
Cuando el diluvio hubo terminado y la pareja volvió a tierra firme, Deucalión consultó un
oráculo de
Temis sobre cómo repoblar la tierra. Se le dijo que arrojase los huesos de su madre por encima de su hombro. Deucalión y Pirra entendieron que "su madre" era
Gaia, la madre de todas los seres vivientes, y que los "huesos" eran las rocas. Así que tiraron piedras por encima de sus hombros y éstas se convirtieron en personas: las de Pirra en mujeres y las de Deucalión en hombres.