La
aniquilación positrón-electrón es la conversión de toda la masa de un
electrón y su
antipartícula, el
positrón, en energía tras una colisión. Es la forma más observada de aniquilación partícula-antipartícula. La energía de la aniquilación, en forma de
rayos gamma, puede dar origen a nuevos pares partícula-antipartícula, los que a su vez, pueden volver a aniquilarse o decaer. Si las partículas están en reposo (o a velocidades muy inferiores a las de la luz) el resultado de la aniquilación será 2 x 0.511
MeV. Sin embargo, si las partículas chocan a velocidades opuestas cercanas a las de la luz, los rayos gamma resultantes serán más energéticos, pudiendo dar origen a partículas de masas mayores a la del electrón. Este hecho es usado en los
aceleradores de partículas (como el
LEP), donde éstas son aceleradas, y en algunos casos aniquiladas, con sus respectivas antipartículas. El aspecto del registro de una secuencia de aniquilaciones, creaciones y decaimientos, hace que se le de a esta secuencia el nombre de
cascada.