Sigmund Freud utilizó el término
preconsciente como sustantivo, para designar una de las tres instancias de su primera tópica (las otras dos son el
consciente y el
inconsciente). Empleado como adjetivo, el término califica los contenidos de esa instancia o sistema, que, aunque no estando presentes en la conciencia, son accesibles para ella, a diferencia de los contenidos del sistema
inconsciente.