La
reificación o
cosificación es un recurso literario que consiste en degradar a seres humanos transformándolos en cosas o mirándolos como si fueran cosas. Por tanto, quien así lo hace posee un absoluto dominio de ellas a causa de su pasividad y les priva de cualquier humanidad. Se trata de un mecanismo habitual del vituperio: (por ejemplo, "tarugo" es un insulto que transforma a un personaje en un inútil, de la misma forma que un trozo de madera sobrante o tarugo es inútil para un carpintero). Aunque su uso es muy antiguo (se encuentra en el pintor Archimboldo y en
Francisco de Quevedo), se trata de un procedimiento estético desarrollado fundamentalmente por el movimiento de vanguardia conocido como
Expresionismo, y por tanto se encuentra en los
esperpentos dramáticos de
Ramón María del Valle-Inclán.