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La leyenda de los 47 rōnin (四十七士, Shi-jū Shichi-shi?, Yon-jū Nana-shi), también conocida como el incidente de Akō (赤穂浪士, Akō rōshi, el incidente de Akō?) o los acontecimientos de Genroku Akō (元禄赤穂事件, Genroku akō jiken?), es un evento histórico semilegendario del Japón antiguo, considerado como leyenda nacional en ese país por varios estudiosos.[1] Este hecho se desarrolló aproximadamente entre 1701 y 1703 y es la leyenda más famosa que ejemplifica el código de honor samurái, el bushidō. A pesar de ello, el Hagakure, libro donde se describe dicho código, no se escribió hasta unos años después.
Cuenta la historia que un grupo de samurái se vieron obligados a convertirse en rōnin (浪人, 'rōnin'?) (samurái sin señor), después de que su daimyō (señor feudal) Asano Naganori se viera obligado a cometer el seppuku (ritual de suicidio), por haber agredido a un alto funcionario del gobierno llamado Kira Yoshihisa (con título Kōzuke no suke, 上野介) en el Castillo Edo gran mansión del Shōgun Tokugawa Tsunayoshi. Los vasallos, muerto su señor, idearon un plan para vengarlo, el cual consistía en asesinar principalmente a Kira Yoshihisa. Pero Kira, sospechando un plan para acabar con su vida, contrató guardias. Así, para que este bajara la guardia, tuvieron que esperar aproximadamente un año y medio. Cuando llegó el día y la hora acordados, de todos los vasallos del clan solo acudieron 47. Pero no se arredraron, asaltaron la casa de Kira, lo mataron y llevaron su cabeza al templo Sengaku, donde estaba enterrado su señor. Y después de presentarla delante de su tumba y rezar, se entregaron a las autoridades, que los sentenciaron a cometer seppuku.[2] Esta historia se extendió como la pólvora por todos los rincones del país del sol naciente, y en todas partes todos se admiraron de la lealtad, sacrificio y perseverancia de los vasallos leales, en un tiempo en el que las guerras y los hechos violentos en general eran cosa del pasado. La popularidad de la mítica historia aumentó aún más debido a la rápida modernización ocurrida durante la era Meiji, cuando muchas personas en aquel país anhelaban un regreso a sus raíces culturales.