Por
Vísperas sicilianas se conoce al acontecimiento histórico de la matanza de franceses en
Sicilia en el año 1282, que acabó causando la desaparición del dominio de
Carlos de Anjou en la isla, sustituido por la influencia de la
Corona de Aragón.
El 30 de marzo de 1282, cuando las campanas de las iglesias de
Palermo llamaban al oficio de vísperas, se produjo un levantamiento del pueblo de Palermo, que masacró la guarnición francesa (angevina) presente en la ciudad. El levantamiento se extendió a otras localidades de la isla, como Corleone y Mesina hasta que se expulsó a los franceses completamente de la isla. Los sicilianos llamaron en su ayuda al rey
Pedro III de Aragón. Pedro III podía alegar en favor de su causa los derechos de su mujer Constanza, hija del rey Manfredo, de la casa de Hohenstaufen, que gobernó en Sicilia y
Nápoles hasta su derrota y muerte a manos de Carlos de Anjou en
Benevento.