La palabra "albacea" es un sustantivo.
La transcripción fonética de "albacea" usando el Alfabeto Fonético Internacional es /al.βa.ˈθea/ en español de España y /al.βa.ˈsea/ en español de América.
El término "albacea" se refiere a una persona designada para ejecutar la voluntad de una persona fallecida, es decir, gestionar y distribuir sus bienes conforme a lo establecido en su testamento. También puede referirse a quien se encarga de la administración de un patrimonio o de un legado según las instrucciones del difunto. La frecuencia de uso de "albacea" es moderada, dado que el contexto legal donde se utiliza no es cotidiano para muchos, aunque se emplea frecuentemente en documentos jurídicos y discusión sobre herencias.
Ejemplos de uso:
- "El albacea se encargará de repartir la herencia entre los beneficiarios."
"The executor will be in charge of distributing the inheritance among the beneficiaries."
Aunque "albacea" no es parte de muchas expresiones idiomáticas, su uso en contexto legal puede aparecer en varias frases típicas:
"Ser albacea no es tarea fácil, pues se deben cumplir con muchas obligaciones."
"Being an executor is not an easy task, as there are many obligations to fulfill."
"El albacea tiene la responsabilidad de asegurar que se cumplan los deseos del difunto."
"The executor has the responsibility to ensure that the deceased's wishes are fulfilled."
"Es importante elegir bien al albacea, ya que tendrá un papel crucial en la gestión del patrimonio."
"It is important to choose the executor wisely, as they will play a crucial role in managing the estate."
La palabra "albacea" proviene del árabe hispánico "al-bāʾiṣ" que significa "el que culpa" o "el que se encarga". Entró en el idioma español ligado a la tradición de gestionar herencias y patrimonios.
Sinónimos: - Ejecutor - Administrador - Testamenteo (en ciertos contextos menos comunes)
Antónimos:
- Sucesor (en el sentido de quien recibe, en lugar de quien gestiona)
- Beneficiario (quien recibe bienes, a diferencia de quien los administra)
Estos sinónimos y antónimos pueden variar en uso según el contexto legal específico en el que se encuentren.