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La invasión mongola de Corasmia fue un conflicto bélico acaecido entre el Imperio mongol, liderado por Gengis Kan, y el Imperio corasmio, gobernado por Mohamed II de Corasmia, y que duró desde el año 1219 hasta 1221.[1] Dicha invasión marcó el inicio de las conquistas mongolas de los Estados islámicos de Asia, durante la expansión mongola que originó la conquista de prácticamente toda Eurasia, salvo Europa occidental, Fennoscandia, el Imperio bizantino, Arabia, el subcontinente indio, Siberia septentrional, Japón y partes del Sudeste asiático.
Tras la conquista del Kanato de Kara-Kitai, el Imperio mongol y el corasmio pasaron a ser Estados vecinos, de forma que en un principio las relaciones entre ambas potencias fueron amistosas y aun comerciales; Gengis Kan llegó a enviar a Mohamed II un mensaje en el que lo saludaba como su igual: "Tú gobiernas el sol ascendiente y yo el sol poniente". No obstante, la decisión de este de atacar una caravana mongola en ruta hacia Otrar desencadenaría finalmente una campaña de castigo de los ejércitos mongoles, que supondría el fin del Imperio corasmio.
Hasta ese momento, la unificación de todos las tribus mongolas, la adhesión de los turcomanos y otros pueblos nómadas, y aun las primeras invasiones del Imperio Jin no habían conllevado un número muy elevado de bajas, ni excesivas pérdidas materiales.[2] No obstante, la invasión del Imperio corasmio supuso una auténtica campaña de extermino y devastación, que originaría la infame reputación de los mongoles como guerreros sanguinarios. Esta breve guerra destacó no solo por la destrucción de un gran imperio, sino por el uso de tácticas despiadadas para someter a las poblaciones conquistadas: aquellas que se rendían eran respetadas, pero las que hacían frente a los mongoles o las que se sublevaban una vez conquistadas eran arrasadas y sus habitantes ejecutados hasta el último hombre.
Sería la invasión, posterior destrucción y completa devastación del Imperio corasmio la que marcaría la fama de sanguinarios a los mongoles y a todas sus campañas llevadas a partir de entonces. En esta breve guerra, que duró menos de dos años, no fue solo la destrucción de un imperio enorme, sino las tácticas empleadas por Gengis que no se verían hasta los alemanes en la Segunda Guerra Mundial -ataques indirectos y matanzas de poblaciones enteras como armas de guerra.