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La utilización de este término puede variar en distintas regiones para referirse a interruptores automáticos accionados por sobrecargas de un circuito o para interruptores automáticos accionados por pérdidas de energía fuera del circuito. Para este último caso véase Interruptor diferencial.
Un disyuntor (Argentina), interruptor automático (España), automático (Chile), diferencial o taco[1] (Colombia y Nicaragua), breaker o pastilla (México, Venezuela, Ecuador, Costa Rica y Panamá), o flipon (Guatemala) es un aparato capaz de interrumpir o abrir automáticamente un circuito eléctrico cuando ocurren ciertas condiciones de falla. Pueden ser interruptores automáticos (disyuntores) termomagnéticos o diferenciales.
Los interruptores o disyuntores termomagnéticos protegen principalmente al circuito, equipos y cableado, de sobrecorrientes, mediante dos mecanismos. La protección térmica protege contra sobrecargas, y su tiempo de actuación es mucho más lenta la otra protección. La protección magnética protege contra cortocircuitos, y su tiempo de actuación es mucho más rápida que la anterior. Las sobrecargas son sobrecorrientes que apenas exceden el valor de corriente nominal de un circuito, por ejemplo debido a exceso de cargas conectadas, arranques de motores o cargas con motores (aires acondicionados, neveras). Los cortocircuitos son situaciones en las que se provee no intencionalmente una trayectoria de baja impedancia en un circuito, causando un flujo de corriente hasta cientos de veces la corriente nominal del circuito.
Los interruptores o disyuntores diferenciales protegen principalmente a las personas, en caso de que corriente fluya a través de ellos. Corrientes tan bajas (en el orden de miliamperios) pueden provocar la muerte, sin embargo, los interruptores termomagnéticos no son suficientemente sensibles ni actúan suficientemente rápidos. En cambio, los disyuntores diferenciales se disparan a penas se detecta una diferencia tan pequeña como de 5 mA entre la corriente entrante y saliente (donde se supone que el resto de corriente fluye a tierra a través de una persona), por lo que se dispara y salva a la persona.
A diferencia de los fusibles, que deben ser reemplazados tras un único uso, el disyuntor puede ser rearmado una vez localizado y reparado el problema que haya causado su disparo.
Los disyuntores se fabrican en diferentes tamaños y características, lo cual hace que sean ampliamente utilizados en viviendas, industrias y comercios.
El primer disyuntor fue diseñado por Thomas Edison en 1879. El ingeniero eléctrico William Stanley Jr. mejoró el diseño en 1890. Granville Woods inventó el disyuntor automático en 1900.