Sur cette page, vous pouvez obtenir une analyse détaillée d'un mot ou d'une phrase, réalisée à l'aide de la meilleure technologie d'intelligence artificielle à ce jour:
El Ejército de Voluntarios (ruso: Добровольческая армия, Dobrovólcheskaya Armia) fue uno de los primeros ejércitos del Movimiento Blanco creado durante la guerra civil rusa,[1] el principal de ellos, el de mayor duración, el que gozó de una mejor dirección y de una administración más estable.[2] Tuvo como principal teatro de operaciones el sureste de Rusia de 1918 a 1920. Dirigido originalmente por el antiguo jefe del Estado Mayor ruso Lavr Kornílov hasta su muerte en combate en abril de 1918, quedó más tarde al mando del general Antón Denikin que dirigió las principales campañas hasta abril de 1920, cuando le sucedió el último de sus comandantes, el barón Piotr Wrangel, hasta su desaparición en noviembre de 1920.[1]
El Ejército lo fundaron Mijaíl Alekséyev y Lavr Kornílov, antiguos jefes del Estado Mayor del Ejército Imperial ruso, entre noviembre y diciembre de 1917, con la ayuda del general y atamán de los cosacos del Don, Alekséi Kaledín, para oponerse al Gobierno bolchevique surgido de la Revolución de Octubre. Las primeras semanas, el crecimiento de la formación fue lento y, a pesar de combatir a los bolcheviques en el Don junto a los cosacos, no pudo evitar la caída de la región en manos de estos a comienzos de 1918 y la retirada a la estepa de Kubán. Entre febrero y mayo de 1918, la formación disputó la durísima primera campaña del Kubán en la que no logró su objetivo de conquistar la capital de la región y perdió a Kornílov, pero que le permitió sobrevivir y reagruparse nuevamente al sur de Rostov al finalizarla en la primavera. En esta época la ocupación alemana de Ucrania la protegió de los ataques bolcheviques y los cosacos del Don le suministraron armas y dinero, a pesar de las tensas relaciones entre ambas fuerzas.
En la segunda campaña en el Kubán del verano y el otoño de 1918, protegida su retaguardia por las formaciones alemanas que ocupaban Ucrania y el ejército de los cosacos del Don, las fuerzas de Denikin se apoderaron de la región tras reñidos combates y aislaron a las fuerzas soviéticas del Cáucaso, que destruyeron a finales de año y comienzos de 1919.[3] La expansión por el Kubán y el Don hicieron del Ejército una fuerza mayoritariamente cosaca dirigida por un mando de antiguos oficiales zaristas con los que solo compartía objetivos parcialmente.[4] La derrota de los Imperios Centrales permitió además la llegada de ayuda aliada, fundamental para el Ejército, que carecía de grandes regiones industriales para abastecerse.
El Ejército realizó apreciables conquistas durante la primavera y el verano de 1919, tanto en Ucrania, donde no solamente rechazó la ofensiva soviética sobre el Donbáss, sino que alcanzó el Dniéper, como en el este y en el norte. El 3 de julio, tras la toma de la importante plaza fuerte de Tsaritsyn junto al Volga, Denikin decidió concentrar sus fuerzas en un rápido avance en pinza hacia Moscú.
Las fuerzas de Denikin avanzaron velozmente hacia Moscú a comienzos del otoño, pero el contraataque soviético de octubre detuvo su avance y a comienzos de 1920 había logrado recuperar todo el territorio hasta el Don y desatar la desbandada de las fuerzas «blancas».[5] Los intentos de sostener el frente del Don y de mantener el control de Kubán resultaron infructuosos. En abril las bases del movimiento cayeron en manos de los soviéticos.[5] El movimiento sufría una serie de importantes carencias: sus tropas eran escasas; su organización, deficiente; y carecía del apoyo mayoritario de la población.[6] Por añadidura, sus relaciones con las demás fuerzas antibolcheviques de la región eran malas, debido fundamentalmente al nacionalismo ruso del Ejército, hostil al de estas.
Wrangel relevó a Denikin al frente del movimiento tras la desordenada evacuación del Kubán. Logró recomponer el ejército y, entre abril y octubre, llevar la iniciativa frente a los soviéticos con una serie de ofensivas de resultados diversos, en parte gracias a la concentración de las unidades soviéticas en la guerra polaco-soviética. Sus intentos de reforma política, por el contrario, fueron vanos y, cuando Moscú consiguió concentrar fuerzas muy superiores al terminar el conflicto con Polonia en octubre, tuvo que evacuar definitivamente Crimea.