1. En mi condición de hermano de una, he asistido a múltiples actos de memoria y recuerdo donde he podido escuchar con tristeza bastantes insultos vertidos sobre el presidente sin que éste haya tenido la indelicadeza de responder en esos gruesos términos o en ningún otro a los que así se manifestaban.

2. También el Reino Unido, en boca de su ministro de Exteriores, Jack Straw, se refirió la semana pasada a las caricaturas como "una innecesaria indelicadeza". La timidez de las reacciones de Washington y Londres, unida a la tibieza de la reacción de la Unión Europea frente a los ataques a uno de sus miembros, causaron malestar en Dinamarca, cuyo primer ministro se quedó prácticamente solo en su defensa de la libertad de expresión por encima de otras consideraciones.

3. Les viene del resquemor por el episodio tres por ciento, cien veces maldito.Para entender la otra razón, basta con citar, aunque sea hacer gala de indelicadeza, y luego glosar, unas líneas escritas entonces por el único columnista a quien tengo prohibido citar÷ "Lo que se ha roto en estas semanas es el engranaje que unía las ruedecitas emocionales del catalanismo popular y el cultivado, desde el más difuso al explícito y militante, a la institución de la Generalitat, y a través de ella al sistema político propio.

4. El primer ministro danés, Anders Fogh Rasmussen, en cuyo país se inicio este incendio, insistió en que no puede pedir disculpas "en nombre de la prensa independiente", y seńaló que para él la libertad de expresión es "el principio más importante". El ministro de Exteriores británico, Jack Straw, consideró por el contrario que la publicación de las vińetas es "una falta de respeto" y una "innecesaria indelicadeza". Y ańadió: "Tenemos libertad de prensa, pero ello no nos obliga a insultar o ser incendiarios gratuitamente". El presidente francés, Jacques Chirac, optó por la equidistancia: pidió a todos "responsabilidad, respeto y mesura para evitar todo lo que pueda ofender las convicciones del otro", pero subrayó que la libertad de expresión es un principio fundamental de la República francesa.