La expectativa sobre el inmenso potencial de desarrollo de la
Amazonía alivia en parte la presión
migratoria andina hacia la
costa. Pero, muchas veces, los migrantes llegan sólo para encontrar otro tipo de pobraza: en otro lugar, y causando impactos devastadores en el ambiente. Los
bosques orientales de Vilcabamba son un excelente ejmplo de cómo estamos dejando desaparecer el tesoro verde que anhelaron los
incas.