El
ahumador es un invento de
Moses Quinby en 1875. Su función es lograr el control sobre las
abejas, que ante la presencia de
humo, se retiran suponiendo que se trata de un incendio. Esta es una conducta natural, posiblemente estereotipada genéticamente.
Los ahumadores constan de un fuelle con el cual se insufla aire al interior de la cámara de combustión, en la cual el apicultor quema aserrín de madera, pasto seco, hojas secas u otra sustancia inocua. En el mercado actual es posible encontrar ahumadores de distintos tamaños, formas y materiales. Todos utilizan el mismo principio de fuelle. Siendo los materiales más comunes la chapa de zinc, el acero inoxidable o el cobre.