На этой странице Вы можете получить подробный анализ слова или словосочетания, произведенный с помощью лучшей на сегодняшний день технологии искусственного интеллекта:
La presura o aprisión (en latín aprisio) es una forma de apropiación territorial que se dio en los reinos cristianos peninsulares medievales. Es un término que describe uno de los mecanismos de repoblación basado en el derecho romano. La mayor parte de los testimonios aparecen en los siglos IX y X, si bien se encuentran también en el siglo VIII y en siglos posteriores. El término designa tanto la acción de apropiarse como el espacio resultante de la apropiación.
Eduardo Manzano Moreno describe la presura o aprisión como la fórmula jurídica por la que las personas que ponían en valor un terreno inculto se convertían en propietarios del mismo. Según este historiador la presura o aprisión «permitía justificar la posesión tanto de las pequeñas propiedades (alodios) como de las grandes parcelas en manos de la aristocracia laica o eclesíastica que empleaba a sus propios campesinos» y se dio «un poco por todas partes. Desde Bergadá, en los territorios del conde de Barcelona, hasta Galicia, pasando por la Tierra de Campos leonesa o por el primitivo solar castellano». Manzano Moreno advierte, por otro lado, que «se conoce muy mal cómo se realizaban en la práctica».[1]
La palabra presura y sus variantes (pressuaras, apresura, adpresuras, presiones, presuria, appresura, presone)[2] derivan de prendo (tomar, apropiar). La presura aparece a menudo asociada al término scalio y sus derivados (scaliare, escaliare, escalicare, escalidare, excalidare, scalidare)[3] que significan roturar, desbrozar un terreno.
El ejercicio del control territorial por medio de la presura dio lugar a los presidios como fortines de frontera destinados a mantener las guarniciones limítrofes en aquellos territorios en proceso de control de soberanía. Estas fortificaciones tuvieron una particular relevancia en el proceso de presura de la Alta California llevado a cabo principalmente a lo largo del siglo XVIII por medio de dragones de cuera, debido a la especial virulencia del pueblo apache.